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Las directoras del área de equidad de género del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) se congregaron para identificar los avances de las políticas de género y equidad en los planteles.
Esto recién comienza, es la frase que define la reunión de las autoridades responsables de la agenda de igualdad de género de los planteles del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH). Así quedó en claro, cuando la presidenta de la Comisión, Antonia Santos señaló que la gran mayoría de las universidades nacionales no tiene una política de igualdad de género, y muchas están en fase de construirla e instalarla y otras tantas recién la elaboraron.
Estas declaraciones las entregó en la primera reunión presencial del 2022 junto a sus pares que trabajan para hacer de la Educación Superior un lugar seguro para que las jóvenes puedan estudiar y crecer profesionalmente en igualdad de condiciones.
La igualdad tardía
El encuentro realizado en la Universidad Alberto Hurtado convocó al rector Eduardo Silva sj quien hizo una reflexión sobre lo tardío que ha sido esta lucha por la igualdad. Para la autoridad, si bien el aporte del pensamiento judeo cristiano contribuyó con el valor de la libertad y la fraternidad desde el siglo diecisiete en adelante se ha trabajado por lograr la igualdad, pero se ha demorado mucho: “La igualdad tardía reconoce la especificidad de nuestras diferencias y que se junte nuestra política de género con las disidencias hace parte de eso”, señaló.
La UAH acaba de inaugurar su política de género que se deberá trabajar mancomunadamente entre todos los integrantes del plantel y en esa línea, la Vicerrectora de Investigación y Postgrados, Paula Barros agradeció a las mujeres del CRUCH por el trabajo realizado en años tan complejos e interrumpidos por una pandemia y destacó el proceso que significó transformar las demandas feministas en un documento que espera se cumpla en su institución. “La UAH empezó a trabajar desde el 2017 y por supuesto en mayo del 2018 todo lo que habíamos avanzado quedó chico y no ha sido fácil”, dijo.
Por otra parte, destacó la incorporación de la nueva responsable de la unidad, Andrea Hurtado quien redactó la política presentada a la comunidad el pasado 8M. El documento se toma como “un puerto de salida”: “Este año va a ser desafiante porque vamos a implementar la nueva Ley de erradicación de la violencia y será gracias a todas porque mucho del trabajo previo que han hecho las directoras, nosotros lo incorporamos y lo adaptamos a nuestra realidad”, concluyó.
“No se parte de cero”
Durante la reunión, las 24 mujeres que llevan a delante el modelo universitario que cumplirá con la nueva normativa de la no violencia analizaron el enfoque de los avances. Para la directora de Igualdad de Género de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), María Angélica Marín lo positivo es que no se parte de cero: hay avances previos que se están actualizando en cuanto a la capacitación, al modelo de sanción, al modelo de prevención y el de investigación, señaló.
La implementación de la Ley 21. 369 tiene tres factores fundamentales, el primero tiene que ver con la elaboración y generación de un modelo de prevención, más un modelo de investigación y de sanción y un diseño de difusión de todos los instrumentos.
Para la directora de género de la UAH, Andrea Hurtado los planteles tienen el desafío de armar toda esta institucionalidad y hacer que sea un trabajo participativo con la comunidad y posicionar a los planteles en materia de género que es parte de la estrategia. “Sabemos que estamos invitadas a no sólo a actuar frente a problemas de acoso, violencia o discriminación si no que a implementar una convivencia de no violencia hacia las mujeres de la universidad y de las diversidades de género”, aclaró.
¿Cuándo van a venir los cambios reales?
Para Antonia Santos a nivel país uno de los elementos que se deben tener en cuenta es entender que en Chile no todas las universidades funcionan a la misma velocidad por distintos motivos: historia, características internas, organización, equipos directivos, es decir, hay muchos factores que inciden en las políticas de género y en estas reuniones van viendo cómo suben cada peldaño “es una especie de escalamiento para ver cómo alcanzamos las metas”, explica.
Por otro lado, es paradójico porque hay planteles que han avanzado tanto que están en el nivel de cuestionarse si ese alcance se puede reflejar en mayores niveles reales de igualdad. Este es el caso de la Universidad de Chile. Carmen Andrade histórica defensora de los derechos de la mujer en la Educación Superior y actual directora del área en esa casa de estudios, se hace la pregunta del millón: ¿Cuándo van a venir los cambios reales?
La académica cuenta que el pasado 8M le tocó recibir a los nuevos alumnos y con gran propiedad y orgullo les dijo que existen protocolos en la prevención de la violencia, que hay una política integral, que es la primera Universidad en América Latina certificada en estándares de género.
“Todo eso es verdad y lo estamos haciendo en los últimos años en conjunto con los movimientos feministas, pero también hay que ser honesta y les tengo que decir que llegan a una Universidad donde los hombres ganan más que las mujeres, donde en los niveles superiores de la jerarquía hay muchos más académicos que académicas, donde en los niveles de dirección hay más hombres que mujeres y persisten altos niveles de acoso y violencia eso también es esta universidad y esa complejidad es lo que tenemos que dar cuenta, no para decir que no hemos avanzado nada, pero uno no tiene que olvidarse que todo esto tiene sentido para erradicar las desigualdades y ahí nos falta muchísimo”, sostuvo.
El déficit del Estado
A nivel de Estado, Carmen Andrade y Antonia Santos reconocen que han trabajado a pulso porque los gobiernos no han tenido nada pensado.
“El gobierno anterior no posibilitó ninguna política de igualdad en educación, no hizo nada. Lo que se ha hecho ha estado promocionado por el CRUCH. Es un déficit muy grande el que tiene el Estado respecto a influir precisamente en terminar con los estereotipos sexistas al interior de los planteles”, señaló Santos.
“La desigualdad es muy profunda y desinstalarla requiere tiempo y acción constante y tiene que ver con lo que pasa en el país, nosotros avanzamos en los últimos años, pero lo hemos hecho solas, ahora tenemos un nuevo contexto y creemos que podemos dar pasos más sustantivos, concluyó Andrade.
–¿Este gobierno se ha definido como feminista, cree usted que es una señal que los avances pueden ir más rápido?
–Este gobierno es el resultado de demandas sociales y tiene un mensaje muy claro respecto a avanzar en igualdad sustantiva y una vez que está ahí tiene este compromiso y lo tiene que manifestar en educación haciendo algo muy importante, concluyó Antonia Santos.
Desde la Comisión de Igualdad de Género la Ley 21. 369 se considera necesaria porque reconoce que la calidad universitaria está ligada a los espacios libres de violencia. En ese sentido, tácitamente asume que hay violencia en el espacio de la Educación Superior y que es de profunda desigualdad.
Para las directoras eliminar esa violencia es sólo una parte, pero no el todo. El enfoque que defienden es que hay que incidir en la promoción de las mujeres dentro de lo que es la carrera académica e influir en el acceso, en los estereotipos cuando se ingresa a la universidad y todo eso forma parte de la desigualdad existente. Se podría decir que cuando hay discriminación se ejerce indirectamente la violencia y ese es el corazón del problema que hay que erradicar de nuestra sociedad intelectual.
*Información: Carmen Sepúlveda – U. Alberto Hurtado
*Fotografías: U. Alberto Hurtado